Exgerente de Tesla critica a Elon Musk y advierte sobre el futuro de la empresa

Matthew LaBrot, exgerente de Tesla con casi seis años en la compañía, fue despedido tras encabezar una carta abierta donde pedía la renuncia de Elon Musk. En ella, argumentó que el CEO se ha convertido en un obstáculo para la misión de Tesla y en una carga para su imagen pública. En una entrevista reciente con Hard Reset, LaBrot ofreció más detalles sobre su salida y la situación interna de la empresa.

Según LaBrot, Musk ha alejado a los clientes con sus declaraciones en redes sociales y su liderazgo centralizado. A pesar de haber sido un defensor convencido de los vehículos eléctricos y haber ocupado puestos clave en ventas y capacitación, LaBrot fue despedido poco después de hacer públicas sus críticas. “Cada empleado de ventas y entrega era capacitado con mis palabras”, dijo, subrayando el nivel de confianza que la empresa tenía en él.

El exgerente también cuestionó la narrativa oficial de Tesla sobre la caída en ventas, señalando que no se debe únicamente al rediseño del Model Y. Asegura que hay una sobreoferta visible en los inventarios, algo inusual para Tesla. A su juicio, la marca ha perdido el respaldo de muchos consumidores debido a la imagen pública de Musk y su alejamiento del enfoque en autos eléctricos hacia proyectos como robots y conducción autónoma.

LaBrot, quien posee un Cybertruck y un Model Y, negó ser un “anti-Tesla” y reafirmó su compromiso con la transición hacia energías limpias. “Fui un activista por los vehículos eléctricos durante todo mi tiempo en Tesla”, explicó. Sin embargo, advirtió que el futuro de la empresa está en riesgo si Musk continúa al frente. Incluso mencionó que muchos ya no solo quieren que se aparte como CEO, sino que venda sus acciones.

Finalmente, envió un mensaje a los empleados que aún permanecen en Tesla: “Si necesitan el sueldo, está bien, pero reconozcan que esto no va a mejorar con ese tipo al mando”. También expresó su preocupación por el entorno laboral actual, donde muchos trabajadores temen hablar por miedo a represalias, especialmente en un mercado laboral incierto.