Caos total en la salud pública de EE.UU.: Trump y RFK Jr. desatan tormenta en el CDC
- Periodista

- 28 ago
- 2 Min. de lectura

El panorama en la agencia de salud más importante de Estados Unidos se volvió un auténtico terremoto político y sanitario. Susan Monarez, confirmada por el Senado y juramentada apenas el 31 de julio, fue removida de la dirección de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El Departamento de Salud (HHS) confirmó su salida con un escueto comunicado, sin explicar motivos.
Monarez, de 50 años, no reconoció su despido y aseguró por medio de sus abogados que está siendo “blanco de represalias” por haber defendido criterios científicos y haberse opuesto a cambios drásticos en la política de vacunación impulsados por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr.
La noticia desencadenó un efecto dominó: al menos tres altos funcionarios del CDC renunciaron públicamente, denunciando la “politización” y “destrucción de liderazgo” dentro de la institución. Entre ellos, Demetre Daskalakis, quien dirigía el área de inmunización, y la médica jefe Deb Houry, que advirtió que “la ciencia no puede estar sujeta a censura política”.
El conflicto ocurre en paralelo a la decisión de la FDA, celebrada por Kennedy, de revocar la autorización de emergencia para las vacunas contra el Covid-19 de Pfizer, Moderna y Novavax, limitando su aplicación a mayores de 65 años y personas vulnerables, con la condición de que un comité —ahora integrado por opositores a la vacunación— lo apruebe.
Expertos de salud pública calificaron la situación como un “desastre” que pone en riesgo a millones. La breve gestión de Monarez ya es histórica: se convirtió en la directora con el mandato más corto en los 79 años de la agencia.
Lo que debería ser un organismo técnico y científico atraviesa ahora una tormenta política que, según voces médicas, podría dejar a Estados Unidos “desprevenido y vulnerable” ante futuras crisis sanitarias.








Comentarios