Raids migratorias en California disparan crisis de salud mental en comunidades latinas

Lo que para muchos son operativos migratorios, para cientos de familias latinas en California se ha convertido en una pesadilla emocional constante. Desde junio, cuando la administración Trump endureció las redadas, psicólogos y psiquiatras reportan un incremento alarmante de estrés, miedo y depresión en sus pacientes.

La terapeuta Yanira Hernández, fundadora de Pa’lante Therapy, atiende a 20 clientes latinos, varios de los cuales han desarrollado síntomas físicos por la ansiedad: calor en el cuerpo, sudoración, dificultad para respirar, ataques de ira y episodios de llanto incontrolable. Muchos interrumpen su trabajo para monitorear redes sociales en busca de reportes de agentes migratorios cerca de sus casas.

La psiquiatra Erica Lubliner, al frente de la clínica psicosocial hispanohablante de la UCLA, ha visto un repunte en insomnio, pesadillas y ansiedad infantil. Padres relatan que sus hijos lloran al creer que su color de piel los convierte en blanco de detenciones. Un niño de origen indígena de Oaxaca confesó que teme ser arrestado “por ser moreno”.

Los especialistas describen un patrón de hipervigilancia y traumas similares al estrés postraumático, agravados tras la decisión de la Corte Suprema que permite a agentes federales reanudar “patrullas itinerantes” y detener a cualquier persona sospechosa por su apariencia o idioma.

Organizaciones como Latinx Therapy y la National Latinx Psychological Association también han alertado sobre el impacto devastador de estas políticas. Lubliner incluso creó un círculo de apoyo para estudiantes y médicos latinos que se sienten desbordados al intentar atender la creciente ola de pacientes afectados.

Los operativos, que ya alcanzaron ciudades como San Diego, Bakersfield y Sacramento, han dejado un mensaje claro: para muchas comunidades latinas, incluso aquellas con ciudadanía o residencia legal, el miedo se volvió parte de la rutina diaria.